Créditos de carbono: dos años después, la crisis de confianza se agrava

 



A dos años de que las investigaciones de los reconocidos periódicos internacionales The Guardian, Die Zeit y SourceMaterial destaparan que más del 90% de los créditos de carbono utilizados en proyectos de conservación eran “créditos fantasmas”, la polémica no solo persiste, sino que hoy se vuelve aún más urgente.

Nuevos reportes académicos y testimonios en América Latina confirman que la mayoría de los proyectos respaldados por Verra, la mayor certificadora del mundo, siguen sin demostrar beneficios reales para el clima ni para las comunidades. Mientras tanto, corporaciones internacionales continúan presentándose como “neutras en carbono” a través de un mecanismo que expertos califican de fraude climático con impactos sociales graves.

La investigación en mención, expuso en el 2023 que más del 90% de los créditos de carbono utilizados para compensar emisiones en proyectos de conservación en costas y bosques tropicales no están generando beneficios reales para el clima, y hoy en día persiste el fracaso climático, pues diversos estudios recientes confirman que la mayoría los créditos siguen sin representar reducciones medibles de gases de efecto invernader

El análisis periodístico se basó en estudios científicos e imágenes satelitales, comprueba que la mayoría de estos créditos –respaldados por la organización Verra, la mayor certificadora de este tipo de proyectos en el mundo– son “créditos fantasmas” que no logran reducir significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero. Se mencionó que grandes corporaciones como Disney, Shell y Gucci han utilizado estos créditos para afirmar públicamente que son "neutras en carbono", es decir, que no contribuyen al cambio climático. Sin embargo, la nueva evidencia indica que esas afirmaciones podrían estar basadas en datos inflados o falsos.

El sistema de créditos de carbono permite a las empresas pagar para compensar sus emisiones, en lugar de reducirlas directamente. El dinero se invierte supuestamente en proyectos que protegen bosques, evitan la deforestación o restauran ecosistemas, principalmente en países del sur global. Pero el reportaje muestra que, en la práctica, el modelo está fallando.

El trabajo de The Guardian informó que Verra, emitió más de mil millones de créditos desde 2009, y se encuentra en el centro de la polémica debido a que sostiene que sus programas han recaudado fondos para la protección ambiental, pero de acuerdo a la publicación sólo 8 de los 29 proyectos analizados mostraron reducciones reales en la deforestación. Los demás, 21 en total, no ofrecieron beneficios medibles para el clima, y algunos incluso tuvieron efectos negativos.

Los investigadores concluyeron que aproximadamente el 94% de los créditos aprobados por Verra no deberían haber sido emitidos, ya que sus supuestos beneficios no se reflejan en los datos reales. Esta diferencia plantea serias dudas sobre la credibilidad del sistema y el verdadero compromiso de las empresas que lo utilizan.

Tema prioritario en el 2025

Las razones por las que el tema vuelve a ser prioritario hoy, es principalmente la Urgencia climática, pues con récords históricos de temperatura en 2025 y aumento de fenómenos extremos, la falsa compensación agrava la crisis en lugar de solucionarla. Los compromisos incumplidos: pese a las promesas de transparencia, Verra no ha implementado auditorias verdaderamente independientes. El impacto económico local: comunidades que deberían recibir fondos de conservación denuncian que los beneficios financieros nunca llegan o se concentran en intermediarios. El greenwashing corporativo: empresas internacionales mantienen campañas de marketing sobre neutralidad climática sin cambios reales en sus emisiones. La dsigualdad global: el sistema perpetúa una dinámica donde el norte global paga para contaminar, mientras el sur global asume costos sociales y ambientales. El frenazo regulatorio: la Unión Europea y EE. UU. discuten normas más estrictas para prohibir créditos de dudosa efectividad, lo que podría afectar miles de millones de dólares en el mercado y el Riesgo de mercado: inversionistas climáticos advierten una pérdida de confianza que podría desestabilizar el mercado de carbono voluntario, valuado en más de 2 mil millones de dólares. 

Expertos coinciden en que la credibilidad del mercado de carbono se encuentra en su punto más bajo. Sin una reforma profunda que incluya auditorías satelitales independientes, mecanismos de justicia climática y beneficios tangibles para las comunidades, este modelo podría colapsar.  En palabras de la activista nigeriana Nnimmo Bassey: Los créditos de carbono no compran aire limpio, compran tiempo para las corporaciones contaminantes.

El debate ya no es técnico: es económico y social. En comunidades rurales de Latinoamérica, la falta de ingresos prometidos se traduce en migración, pérdida de medios de vida y mayor vulnerabilidad frente al cambio climático.

Finalmente, mientras los gobiernos discuten cómo alcanzar la neutralidad de carbono hacia 2050, las evidencias muestran que sin cambios inmediatos, el sistema actual de compensaciones podría convertirse en uno de los mayores engaños ambientales del siglo. (Ángel Roldán)

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