ESCASEZ DE INVESTIGACIÓN ACADÉMICA SOBRE CAMBIO CLIMÁTICO PREOCUPA A ESPECIALISTAS



A pesar de su significativa contribución a las emisiones de gases de efecto invernadero, los ecosistemas acuáticos continentales en México carecen de la atención necesaria en términos de investigación académica, alertó Óscar Gerardo Nieto, investigador del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Durante la conferencia "Ecosistemas Acuáticos: Efecto Invernadero y Cambio Climático", organizada por la Escuela Nacional de Ciencias de la Tierra (ENCiT), Nieto destacó que a pesar de ocupar solo el 3.7% de la superficie terrestre, los hidroecosistemas continentales son responsables del 16% de las emisiones de metano y el 15% de las emisiones totales de dióxido de carbono a la atmósfera.

"Estos datos equiparan las emisiones de metano de los ecosistemas acuáticos continentales a 2 mil 711 millones de cabezas de ganado y sus emisiones de dióxido de carbono a 2 mil 482 millones de vehículos de gasolina", explicó Nieto, subrayando la importancia de entender y gestionar estas emisiones para mitigar el cambio climático.

El investigador señaló que la mayoría de los estudios científicos se concentran en ecosistemas boreales y templados del hemisferio norte, mientras que los ambientes tropicales, subtropicales y australes, como los presentes en México, están notablemente subrepresentados en la literatura científica global.

"Necesitamos incluir los hidroecosistemas que no están en los inventarios globales de emisiones de gases de efecto invernadero", enfatizó Nieto. Actualmente, solo tres o cuatro grupos científicos en México investigan activamente sobre estos temas, con menos de 10 cuerpos de agua analizados en el país.

Gerardo Nieto mencionó el embalse de Valle de Bravo como un ejemplo específico de un cuerpo de agua estudiado en México en relación con sus emisiones de gases de efecto invernadero. Subrayó la urgencia de expandir estas investigaciones para capturar la diversidad de impactos climáticos en diferentes regiones y entornos.

"Comprender cómo estos ecosistemas interactúan con la atmósfera nos permite evaluar su sensibilidad a los cambios climáticos y sus posibles repercusiones locales y regionales", concluyó Nieto. Este conocimiento es crucial para informar políticas públicas efectivas y estrategias de conservación que protejan la biodiversidad y los servicios ecosistémicos frente al cambio climático global.


Comentarios