El Cabo de
Infantería Jesús González Juárez, quien supervisa el adiestramiento en el
Centro de Producción Canina, explicó que estos perros son adoptados por el
ejército desde los dos meses de edad. Luego de un periodo de aclimatación y
establecimiento de confianza, comienzan su formación especializada.
"El
adiestramiento de un cachorro comienza a los cuatro meses, enfocándose en
habilidades específicas como detección de enervantes, explosivos, búsqueda y
rescate, y rastreo", comentó el Cabo González. Los perros pasan
aproximadamente ocho horas al día en entrenamiento, combinando obediencia
básica con actividades que estimulan su instinto de trabajo.
Desde el
terremoto de 1985 en la Ciudad de México, el Ejército Mexicano reconoció la
importancia de los perros en operaciones de rescate y búsqueda de personas bajo
escombros. Desde entonces, estos animales son fundamentales en las operaciones
de seguridad nacional.
El Centro de
Producción Canina, ubicado en las afueras de la Ciudad de México y operado por
el Ejército Mexicano y la Fuerza Aérea Mexicana, es donde estos perros inician
su formación para convertirse en valiosos activos del ejército.
Los perros,
además de sus capacidades físicas y de detección, también establecen un fuerte
vínculo con sus manejadores, lo que facilita la efectividad en el campo.
"Un perro nunca deja de aprender, al igual que su manejador. Trabajamos en
sesiones de entrenamiento para mantener su motivación y mejorar constantemente
su rendimiento", agregó el Cabo González.
Estos
perros, además de ser herramientas vitales para la seguridad nacional, son
reconocidos por su agilidad, inteligencia y lealtad, características que los
hacen indispensables en operativos críticos del Ejército Mexicano.
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