Al iniciar la temporada de avistamiento de ballena gris, se registró la presencia de pocos ejemplares, pero, se espera que para la presente semana ingrese una gran parte de cetáceos que se encuentran afuera de la Laguna Ojo de Liebre, en el Océano Pacífico, y sigan entrando durante los días siguientes hasta llegar a más de mil 700, entre adultos, juveniles y hembras preñadas.
El gigantesco mamífero marino viaja 18 mil kilómetros para venir a reproducirse y tener sus crías en estas costas.
Las primeras en entrar son las ballenas juveniles de las llamadas “pilotos” que encabezan la travesía que los cetáceos hacen desde Alaska hasta las costas de la península de Baja California, a donde llegan cada año para aparearse y dar a luz sus crías, durante un lapso de aproximadamente 4 meses para posteriormente retornar a las aguas del Polo Norte.
La ballena gris aprovecha las aguas cálidas y poco profundas de estos lugares tanto para su reproducción como para amamantar a sus ballenatos recién nacidos y así pasar tiempo juntos antes de emigrar al norte, hacia las costas de Alaska.
El encuentro con estos cetáceos amigables es un espectáculo natural que se ha convertido en una actividad turística desde hace ya varios años, y que practicada de manera responsable es una herramienta de educación ambiental y una de las experiencias más enriquecedoras en nuestra vida.
Para garantizar la protección de estas especies y la conservación de su hábitat, es necesario cumplir con los lineamientos y especificaciones de la Norma Oficial Mexicana NOM-131-SEMARNAT-2010 publicada en el Diario Oficial de la Federación el 7 de octubre de 2021.
Los lineamientos y especificaciones toman en cuenta la época y zona de arribo a nuestro país, y se determinan las áreas de observación de ballenas y las zonas restringidas, así como la duración de la temporada por área donde se realizarán actividades de aprovechamiento no extractivo para su observación.
Para las ballenas, las aguas mexicanas representan un refugio durante esta temporada. Por lo tanto, lo mejor es practicar un turismo sustentable y responsable que contribuya a preservar este obsequio natural que permite a los proveedores de este servicio turístico obtener un beneficio para su economía, y a los turistas vivir una experiencia cercana con la naturaleza y el mundo animal.
Comentarios
Publicar un comentario