La Confederación
Patronal de la República Mexicana (Coparmex) y el Consejo Coordinador
Empresarial (CCE) coincidieron en que con el aumento del 15% al salario mínimo se
abre el riesgo a que 700 mil empresas
cierren en los próximos tres meses y, por consiguiente, haya un
aumento en el desempleo.
Este
miércoles, con el voto en contra de los representantes de los organismos
empresariales, la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami) acordó aumentar el salario mínimo de 123.22 a
141.7 pesos diarios a partir del 1 de enero de 2021.
“Con
la falta de apoyos gubernamentales y ahora un incremento irracional al salario
mínimo, sin gradualidad ni lógica,
se agrava el riesgo de que 700 mil empresas más desaparezcan en los próximos
tres meses”, alertó Gustavo de Hoyos, presidente de la Coparmex.
“Con
la determinación impuesta, se arroja a millones de microempresarios toda la
carga del incremento, por lo que combinado con la aceleración de los contagios
por la pandemia COVID-19 y el consecuente cierre de operaciones de más empresas, es inminente la quiebra de miles de negocios
y la pérdida de todavía más fuentes de trabajo”, añadió.
La
propuesta del sindicato patronal era un nivel máximo de 135.83 pesos como
resultado de un incremento porcentual de cuatro por ciento a razón del repunte
de la inflación en el año, más un Monto Independiente de Recuperación (MIR) de
7.39 pesos.
Si el
Gobierno federal desea que el salario mínimo general alcance los 142.25 pesos, la Coparmex le propuso que hubiera una aportación
gubernamental de 6.42 pesos para cada trabajador, una Aportación
Gubernamental Extraordinaria por COVID-19 (AGEC), planteamiento rechazado.
“Eso
implicaba un esfuerzo tripartito, prudente y acorde a la realidad. Sin embargo, el Gobierno federal no quiso poner nada.
Tal y como lo ha hecho desde el inicio de la pandemia, el presidente de la
República no accedió a realizar aportación alguna para mejorar la calidad de
vida de los trabajadores y preservar los empleos”, señaló el líder empresarial
en el posicionamiento del organismo.
De
Hoyos recordó que la crisis del coronavirus ha cobrado de marzo a julio la
pérdida de un millón 117 mil 584 empleos formales y, según datos del INEGI, han desaparecido un millón 10 mil 857 micro,
pequeñas y medianas empresas.
“La
meta de la Nueva Cultura Salarial no ha perdido vigencia, pero ante la severa
crisis actual exigimos prudencia y altura de miras. No se debe sucumbir ante
ánimos populistas contrarios a la realidad económica. El resultado podría ser
la pérdida de más empleos”, enfatizó.
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