La capital del estado de Baja California Sur, La Paz, se encuentra al borde de una crisis ambiental, luego que la capacidad de sus sitios de disposición final de residuos sólidos, se encuentran al tope, en condiciones no óptimas y en punto crítico, lo que generará en pocos años graves consecuencias para el medio ambiente, incluyendo la contaminación de cuerpos de agua subterráneos.
De acuerdo al Diagnóstico de Generación de Residuos Sólidos para Baja California Sur, elaborado por la asociación Ponguinguiola, A.C., sudcalifornia genera anualmente la cantidad de 649,271,855 kilogramos de residuos, con Los Cabos y La Paz como los principales generadores, lo que significa, aproximadamente, mil 400 toneladas diarias de basura que deben ser gestionadas.
La infraestructura actual para el manejo de residuos en Baja California Sur es escasa y deficiente, por lo que, el estudio identificó un total de 21 sitios de disposición final (SDF) en el estado: 4 rellenos sanitarios, 3 tiraderos controlados y 14 tiraderos a cielo abierto.
Aunado a lo anterior, la directora general de Ponguinguiola, Mayra Gutiérrez Sandoval reveló recientemente, que el basurero de La Paz "no cumple con las condiciones para ser considerado un relleno sanitario y que se encuentra al 99% de su capacidad", lo que le daría tres o cuatro años más de vida útil.
La situación es alarmante, ya que ninguno de estos SDF, ni siquiera los rellenos sanitarios en operación, cumple con la normatividad ambiental vigente.
Esta falta de cumplimiento normativo y la prevalencia de los tiraderos a cielo abierto, que constituyen el 87% de los vertederos en México, reflejan una insuficiencia crítica de rellenos sanitarios adecuados frente al volumen de residuos que produce la población de BCS.
De hecho, hay indicios de que el número de tiraderos no regulados podría ser aún mayor.
Tan solo en La Paz, se generan diariamente 770 mil 558 kilogramos de residuos sólidos, al año se traduce en 279 millones 944 mil 711 kilogramos. Los Cabos, por su parte, produce 667 mil 358 kilogramos al día de residuos sólidos, es decir, anualmente 242 millones 433 mil 803 kilogramos de desechos.
La mezcla de materiales y la falta de cobertura diaria generan una acumulación de gases como el metano, lo que ha provocado incendios recurrentes, que terminan por contaminar las colonias que habitan estos trabajadores de los residuos: Villas de Guadalupe, Laguna Azul, Lagunitas y Márquez de León.
Las consecuencias de esta gestión inadecuada son directas y severas, particularmente para los recursos hídricos del estado. Los tiraderos a cielo abierto permiten la formación de lixiviados, (líquidos tóxicos resultantes de la descomposición de residuos orgánicos mezclados con agua de lluvia y otros químicos).
Estos lixiviados pueden contaminar directamente los mantos acuíferos, así como cultivos y zonas aledañas, lo que hace esta situación muy preocupante, pues en la media peninsula la hidrología se caracteriza por ser árida y semiárida, con recursos hídricos limitados, escasos y bajo alto estrés hídrico.
La sobreexplotación de los acuíferos y la intrusión salina ya son problemas importantes en la región, lo que hace que la contaminación por lixiviados sea una amenaza aún más crítica para las fuentes de agua subterránea.
Además de la contaminación del agua, los tiraderos a cielo abierto contribuyen al deterioro del paisaje, representan un riesgo para la salud pública al convertirse en focos de enfermedades, y son una fuente significativa de emisión de gases de efecto invernadero, como el metano. La práctica de la quema incontrolada de basura a cielo abierto, común en el estado debido a las grandes distancias y la falta de infraestructura, libera contaminantes peligrosos como metales pesados, hidrocarburos y dioxinas. Estudios revisados en el diagnóstico ya presentan evidencia de contaminación por residuos, especialmente microplásticos, dentro de las Áreas Naturales Protegidas del estado, incluyendo aquellas vitales como reservas de la biosfera y parques marinos.
El problema se agrava por factores como el crecimiento constante de la población flotante (turismo) y la migración que establece colonias irregulares, muchas veces con dificultades de comunicación vial que impiden la gestión adecuada de residuos y propician la creación de tiraderos no autorizados. A esto se suma una subestimación en la generación de residuos por parte de los municipios, debido a la falta de información detallada, equipo y personal en los sitios de disposición final.
Para enfrentar estos retos, el diagnóstico propone una estrategia intermunicipal y regional que divida el estado en tres zonas (Norte, Centro y Sur). Esta estrategia se basa en la creación de una red de Estaciones de Valorización, Tratamiento y Transferencia de Residuos (EVTTR), especializadas en el manejo de los residuos más problemáticos de cada zona, conectadas a Sitios de Disposición Final (SDF).
Dichas EVTTR pretenden optimizar la recolección y el transporte, reducir costos, mejorar el tratamiento de los residuos, disminuir la huella ambiental (incluida la contaminación del suelo y del agua) y propiciar el desarrollo regional.
En última instancia, el éxito de cualquier solución dependerá de contar con la mas precisa información y datos confiables y actualizados sobre la generación de residuos, así como de un compromiso colectivo entre el gobierno, la iniciativa privada, la sociedad civil y las comunidades, bajo un enfoque de economía circular y educación ambiental.
La urgencia de la situación de los residuos en Baja California Sur exige un cambio urgente de paradigma para salvaguardar la salud pública, la economía local y, crucialmente, las ya vulnerables fuentes de agua del Estado.
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