Obispos mexicanos señalaron que la violencia y la inseguridad en
el país son insoportables y exigieron al Gobierno que asuma su responsabilidad
y dé respuestas a la altura de las circunstancias, así como que replantee la
estrategia de seguridad, al aseverar que la actual ha fracasado.
"Ahora
como nunca, el dolor de la cruz se vuelve más intenso por tanta sangre inocente
derramada a lo largo y a lo ancho del país. Los índices de violencia y sus
estructuras de muerte, se han desbordado e instalado en nuestras comunidades,
desfigurando a la persona humana, y destruyendo la cultura de paz", expuso
Ramón Castro Castro, secretario general de la Conferencia del Episcopado
Mexicano (CEM) en un video.
"A lado de nuestro pueblo, esperamos una respuesta a la
altura de las circunstancias por parte de las autoridades civiles en todos los
niveles. Es responsabilidad de quienes gobiernan procurar la justicia y
favorecer la paz y la concordia en la convivencia social.
"Esta
realidad de violencia nos golpea, nuestro México está salpicando sangre de
tantos muertos y desaparecidos, entre ellos 27 sacerdotes, incluidos los padres
jesuitas que han sido asesinados por el crimen organizado, identificándose así
con las miles de víctimas de nuestro pueblo que han tenido este fin, con las
decenas de miles de desaparecidos a quienes sus familias siguen buscando",
agregó.
El vocero
de los sacerdotes mexicanos recordó que el Sumo Pontífice ha expresado su
consternación sobre la violencia en el país.
"'¡Cuántos
asesinatos en México!', es la expresión de consternación que el Papa Francisco
nos dirige, desde lo más profundo de su corazón para consolarnos (...) desde el
dolor y sufrimiento que ha generado tanta violencia, sí ¡cuánta violencia! Los
obispos, como pastores, queremos expresar de igual modo, toda nuestra cercanía
y el profundo dolor que cargamos en nuestro corazón", externó.
A la ola
de asesinatos, agregó, se suman las extorsiones y la "la total impunidad
imperante en todo el país".
"Esta
situación es ya insoportable y nos reclama y exige a todos, dar frutos de
paz", apuntó Monseñor Castro.
"La
Conferencia del Episcopado Mexicano hace un llamamiento también a quienes son
causantes de todos y cada uno de los episodios atroces de muerte y destrucción
contra sus propios hermanos. Les recordamos que somos parte del mismo pueblo,
les conminamos a que dejen de matar a sus propios hermanos y de violentar la
paz social, recuperen el temor de Dios, y hagamos prevalecer su ley que nos
dice: no matarás.
"En
el nombre de Dios, sensibilícense, ante los lamentos de sus hermanos que son
hijos de Dios, cuyas lágrimas de sufrimiento, impotencia y rabia contenida,
claman hasta el cielo. Les suplicamos, les rogamos, les exigimos en nombre de
Dios ¡basta de tanta maldad y odio!, todos queremos la paz", añadió.
Por
separado, en un posicionamiento, la CEM exigió acciones a autoridades de
distintos niveles de Gobierno, un análisis de los planes de seguridad, así como
un diálogo nacional para atender la problemática.
"Ante
la gravedad de los hechos, hacemos un llamado al Gobierno Federal y a los
distintos niveles de autoridades, en consonancia con el pronunciamiento que se
ha realizado desde el Senado de la República: es tiempo de revisar las estrategias
de seguridad que están fracasando.
"Es
tiempo de escuchar a la ciudadanía, a las voces de miles de familiares de las
víctimas, de asesinados y desaparecidos, a los cuerpos policiacos maltratados
por el crimen. Es tiempo de escuchar a los académicos e investigadores, a las
denuncias de los medios de comunicación, a todas las fuerzas políticas, a la
sociedad civil y a las asociaciones religiosas.
"Creemos
que no es útil negar la realidad y tampoco culpar a tiempos pasados de lo que
nos toca resolver ahora. Escucharnos no hace débil a nadie, al contrario, nos
fortalece como Nación. Todos somos mexicanos, todos necesitamos vivir en paz y
concordia. Es responsabilidad de los gobernantes aplicar la ley con justicia
para erradicar la impunidad, respetando los derechos humanos, pero procurando
la seguridad de los ciudadanos y la paz social", es el llamado.
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